jueves, 7 de febrero de 2013

Pasado, presente, recuerdos...

Es un día como otro cualquiera, salgo de casa y ahí está él esperándome, me monto en el coche, arranca y nos alejamos, acabamos en un lugar inhóspito, perdidos, sin problemas ni preocupaciones, sólo nosotros. 

Pasan las horas y nosotros seguimos abrazados, con susurros, caricias, miles de besitos, miradas furtivas, sonrisas... Me siento tan bien, es tan difícil de explicar, es un momento único; por fin logro olvidar muchos de esos recuerdos, sentimientos y sensaciones que llevan atormentándome tanto tiempo, algunos de ellos años... Otros me costará más olvidar, puede que alguno no consiga borrar nunca de mi mente.

No consigo olvidar ese fatídico 18 de agosto de 2007 en el que eché todo a perder, que le perdí a él... Muchos años han pasado de eso sí, pero ni un solo día en el que no me haya arrepentido, me dejé llevar por malos consejos, falsos sentimientos, palabras aduladoras pero todas falsas, me dejé engañar y lo que es peor, me engañé a mi misma. Más de cinco años pensando en lo mucho que me equivoqué, arrepintiéndome de lo mal que hice las cosas, lo mucho que me marcó eso y que el mayor motivo fueran las críticas y "el qué dirán", que gran error, después de eso fueron más críticas, más comentarios, más errores; nunca puedes imaginar que unos minutos puedan condicionar toda tu vida.

Todo eso quedó atrás, yo no soy la misma, hace mucho que cambié, a base de ir dando palos de ciego... sí, a hostias se aprende, y de qué manera. Ahora estoy centrada, sé lo que quiero, tengo las ideas claras. Que él haya vuelto a mi vida sólo hace que todo esto se acentúe y yo esté más tranquila, lejos de mis antiguas locuras e idas de olla.


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