Malos pasos, tropiezos, caídas, equivocaciones, cambios de sentido, caminar sin rumbo, descansos eternos...
Una vida basada en no dar explicaciones, en ser libre, ir y venir, hacer y deshacer; sin preocupaciones, sin importar el qué dirán, dando lo mismo el resto de personas y eso tenía consecuencias: hacer sufrir a la gente que la quería.
Cayendo una y otra vez, cometiendo cientos de errores, tropezando continuamente, en repetidas ocasiones con la misma piedra.
Muchas equivocaciones y un alto precio por la libertad. Todo eso acaba con cualquier persona, y así fue, hasta que se alejó de las malas compañías, abandonó los malos hábitos, aunque todo eso no habría sido posible sin la ayuda de personas clave que la abrieron los ojos, que la demostraron que la libertad se consigue de muchas formas, pero que hay que luchar por ellas, no dejarse llevar y nunca tomar el camino fácil porque resulta ser muy pedregoso. Hay que luchar por lo que merece la pena, el resultado será mucho más grato.
Tras cometer tantos errores, se dio cuenta de que no podía seguir así, que acabaría consigo misma, que tenía que cambiar... y así lo hizo. Es una persona nueva, ni la sombra de lo que fue, se despierta cada mañana con una sonrisa y con un motivo para seguir adelante, se acuesta cada día sonriendo y con miles de sueños en la cabeza; por fin es feliz, persigue sus sueños y se esfuerza por conseguirlos.
Tan impredecible llegó que ahuyentó sus preocupaciones
No hay comentarios:
Publicar un comentario