Reír juntos

Cruzaron sus caminos, empezaron las conversaciones, a compartir risas, besos robados, miradas furtivas, sonrisas que se escapan, felicidad intermitente ligada a esos fugaces instantes.

La importancia de reír juntos, robar sonrisas, regalar alegrías. Compartir alegrías, penas, frustraciones, sueños, ilusiones.

Completos desconocidos, apasionados amantes, eternos enamorados.

Este es el momento

No veo el momento de estar entre tus brazos, besándote mientras tus manos recorren mi espalda, susurrando en tu oído que te quiero y perder la noción del tiempo, desprendernos de nuestra ropa y fundirnos en suaves besos y caricias, sentir tu piel contra la mía, el roce de tus labios sobre ella, tus susurros en mi oído y ver tus sonrisas cerca, muy cerca, tan cerca que las pueda sentir; quiero ese momento en el que te sienta y seas mío.

Perfumes prohibidos

Llega la media noche, llega la hora de la lujuria, de volver a fundirse en su piel. Ahí está, esperando, se monta en el coche y arranca, el ambiente comienza a llenarse de una tensión palpable, cuanto más avanzan más se siente esa atracción insólita. Al fin el coche se detiene, tras unos segundos de miradas furtivas se lanza ferozmente a sus brazos, agarra el bajo de su camiseta y le despoja de ella, recorre su pecho con besos y mordiscos hasta llegar a sus caderas, le quita los pantalones lentamente dejando un recorrido de besos y caricias a su paso; se aparta y se queda observando su cuerpo... entierra la cabeza en su cuello y se pierde en su perfume.

Sentida pasión

Quiero sentir el roce de tus labios sobre mi blanca piel, el palpitar de tu corazón sobre mi torso desnudo, tus ásperas manos mientras recorren mi suave piel, sentir tu sonrisa en mi oído, tus susurros en mi cuello, tus manos aferrándose a mi espalda, tus dientes atrapando mi labio mientras me pierdo en ti. 

Perderme en tus besos, caricias, sonrisas, susurros y miradas. 

Quiero perderme en tu amor y convertirlo en nuestra pasión.

Huracán

Llegó a su vida rápido, veloz, la arrolló, lo puso todo patas arriba, consiguiendo ese equilibrio entre locura y cordura que tanto necesitaba.
Es esa chispa que la hace vibrar, sentirse viva, despertar cada día con una sonrisa y acostarme con una sonrisa aún mayor.
Es paz, su calma, su alegría y felicidad.
Es el huracán que llego a su vida para revolucionarla, para ordenar su desorden y ayudarla a encontrar su camino de baldosas amarillas.

Distancia cercana

A dos kilómetros, a veinte o a doscientos, en invierno o en primavera, en las madrugadas o en los atardeceres, te pienso, te recuerdo.
No es solo quererte, no es tenerte, es sentirte, es amarte.

Emoción de primavera

Despierto en la noche te busco entre las sábanas, pero tú no estás.
Anhelo estar entre tus brazos, impregnarme de tu fragancia, admirar tu sonrisa.
Extraño tus besos, tus caricias, tus abrazos y tus sonrisas.
Cada palabra tuya se convierte en una sonrisa, me haces crecer.
Contigo consigo volar, alto, muy alto, más alto que nunca y por primera vez no temo la altura; por primera vez me siento bien.

Tinieblas

Su vida pasa contando los días desde ese último encuentro, días de soledad, angustia y tristeza. Tantos han pasado que ha perdido la cuenta, no sabe qué día es, ya no importa si es de día o de noche, la oscuridad es la misma. El tiempo sigue pasando mientras mira la pantalla del móvil esperando ese eterno mensaje que nunca llega... Días enteros durmiendo en esa infinita oscuridad, soñando con posibles futuros, con momentos por compartir, añorando aquello que nunca tuvo, sumiéndose en una oscuridad cada vez más profunda, perdiendo la esperanza... entonces su móvil suena, empieza a vislumbrar los rayos de sol y esos ridículos sueños comienzan a hacerse más palpables.

Espejismos

Sentada en la oscuridad, mirando a través de la ventana, sintiendo cómo sus manos la acarician cada centímetro del cuerpo, esas manos que tanto desea, y mientras sus labios recorren su cuello dejando un rastro de besos infinitos, ella se tumba mirando al techo, saboreando cada instante; cierra los ojos y él susurra en su oído tiernas palabras que no llega a distinguir, palabras que se la escapan, cada vez está n más lejos hasta que ya no las oye. Abre los ojos y se sienta en la cama abrazándose las rodillas, tratando de disimular las lágrimas que ruedan por sus mejillas, ¿qué pensará él si la ve así? Se seca las lágrimas y se coloca detrás de la oreja el mechón de pelo que cae sobre su cara, entonces levanta la vista pero él no está allí, nadie hay allí...