Tenía ganas de volver antes incluso de llegar, no quería estas vacaciones, y ahora... ahora desearía volver. Que destino tan caprichoso e inoportuno. Se ha metido en mi cabeza y no quiere salir, esa sonrisa marcada en mi retina a fuego, esa absurda confianza que me llevó a abrirme y soltar todos mis demonios a alguien que acababa de conocer, que me escuchó, me abrazó y me hizo no pensar más en ello, porque hay casualidades en la vida que pueden ser maravillosas y siempre tendré un buen recuerdo de estas vacaciones de ese momento y de la complicidad. Porque esto me ha ayudado a comprender unas cuantas cosas y a pasar página por fin, sin ser consciente de ello ha sido un gran apoyo, una persona maravillosa de la que tendré siempre un huequito en mi corazón.
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