Oigo tu voz, siento tu calor,
te extraño, te busco,
te siento, te observo,
te añoro, no te encuentro,
percibo tu aroma, te deseo,
me agobias, me estorbas.
Tantos sentimientos fluyen bajo las sábanas que ha dejado de saber cuáles son los que posee, los que forman parte de ella; con tanta confusión ha perdido el rumbo, no sabe hacia dónde dirigirse, ni qué decir, qué decisión tomar. Hablar, callar, gritar, andar, parar, correr, no sabe qué hacer, pero sí que debe sonreír siempre a cambio de esas miradas cada mañana al despertar bajo el rumor de las sábanas.
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