Una
cálida noche, el cielo lleno de estrellas, la luna llena, dos
jóvenes enamorados bajo este manto; mientras el mar susurra en el
horizonte.
Grodan
sobre el pecho de Snigel, él juega con sus largos cabellos mientras
la observa
-Está preciosa con la luz de la luna reflejada en su
rostro- piensa.
Al mismo tiempo ella le acaricia el pecho, dibujando
sobre él, pensando cómo puede hacerla tan feliz algo tan sencillo,
pero lo sabe, es su mera compañía, todo lo demás es
insignificante, nada importa, sólo ellos dos y la seguridad de que
siempre será así.
Él la
mira, parece que va a decir algo pero es un momento tan mágico que
nada debería estropearlo.
-Shh, bésame.